sábado, 23 de marzo de 2013

Fantasmas en casa


Todavía nos preguntamos qué fue lo que pasó. En mi casa nunca hemos creído en los espíritus. Las historias de fantasmas siempre nos parecieron delirios de gente trasnochada que buscaban algún tipo de protagonismo en medios de comunicación. Muchas veces nos burlábamos de esos testimonios cuando aparecían en televisión. Por lo tanto no es fácil contar esto sin ser consciente de que muchos podrán pensar lo mismo que pensábamos nosotros. Podrán creer que somos gente que se cree cualquier cosa, gente que no ve el lado lógico y científico de las cosas. Pero lo acepto, yo lo he hecho, y no les culpo. Así que yo simplemente me voy a limitar a contar lo que sucedió sin importarme lo que piense el lector. 
Todo comenzó un Lunes. Mi padre estaba en casa sentado mirando la tele. Eran alrededor de las ocho de la tarde, a esa hora más o menos llegaba mi madre a casa. De pronto vio a alguien en la puerta que se asomó y luego se escondió.

-¡Que ya te he visto! ¡No te escondas! -dijo mi padre.

Se río. Repitió que ya la ha visto, que ya podía salir. Preguntó en voz alta si hoy había salido antes del trabajo. Pero nadie contestó. Él se mosqueó. Se levantó y se asomó al pasillo. Miró a un lado y a otro. Recorrió las habitaciones. Pero nadie había entrado allí.

Por la noche nos lo contó. Comenzó a decir de broma “hoy he visto un fantasma” y nos reíamos todos, él también. Pero afirmaba que vio claramente que alguien se asomaba al marco de la puerta y luego se escondía. Estuvimos bromeando sobre eso. No le dimos más importancia y aunque el relato parecía muy sincero simplemente se lo achacábamos a que ya estaba viejo, que chocheaba y veía cosas raras. No se habló más de eso.

Llegó el jueves y mi madre habló conmigo a solas. Me dijo que le había pasado algo muy raro esa mañana. Parecía seria. Decía que cuando salió del cuarto de baño abrió la puerta y vio una sombra ante ella. Una sombra con figura humana que le hizo retroceder un paso del susto. Se quedó impresionada. Decía que era una sombra oscura pero no era negra del todo. Su primera reacción fue quedarse paralizada y atónita. Pero no quiso darle importancia y armándose de valor salió hacia adelante y atravesó esa sombra que antes de que ella se acercara se diluyó y desapareció. Me lo dijo preocupada, pero restándole importancia, dijo que tal vez pudo ser una alucinación, como si no quisiese haber sido testigo de un fenómeno paranormal. Finalmente mi padre se enteró de lo ocurrido y compartieron impresiones y continuaron la broma. Daban por hecho que los dos habían visto algo raro que se parecía mucho, pero que eso era imposible, porque esas cosas no existen.

El sábado de esa misma semana ya habíamos olvidado el tema. Yo me fui a dormir con el ordenador y me puse a ver una película. Era tarde y me quedé dormido mientras la veía, casi siempre me pasa, no es nada nuevo. Pero de pronto me desperté, abrí los ojos, y vi a alguien al borde de mi cama. Salté de la cama hacia atrás, la luz de la pantalla del portátil sólo alumbraba una parte baja y no miré hacia arriba. Pensé que era mi padre y comencé a gritar: “¡Papá! ¿Por qué me das estos sustos y entras sin avisar?”. Me reincorporé, encendí la luz. Pero no había nadie. Me quedé aturdido. Después de lo mucho que se me había acelerado el corazón no vi a nadie. Mi pulso seguía a mil por hora. ¿Qué había visto? ¿Quién me estaba mirando desde el borde de la cama desde arriba como si me vigilara? ¿Estaría soñando? No, no podía estar soñando, ya había abierto los ojos. ¿Sería que todavía estaba soñando cuando abrí los ojos? ¿Y por qué nunca antes me había pasado algo así si era algo normal? Esas y mil preguntas más me hice mientras me calmaba mirando todo a mi alrededor como si no comprendiese nada.

Tarde bastante rato, tal vez media hora, en asociar ideas. Ni siquiera se me había pasado por la cabeza la posibilidad de que a mí me estaba pasando lo mismo que a mis padres y que tal vez yo también había sido testigo de un fenómeno extraño sin explicación.

Lo comenté con ellos y nos hicimos las mismas preguntas. ¿Qué había pasado? Cada uno asumíamos por nuestro lado que algo raro habíamos visto en el periodo de una semana. ¿Tal vez era una casualidad macabra? Puede ser. ¿Tal vez habíamos estado sugestionados por los testimonios de los demás y nos había influído en el subconsciente para visualizar cosas? Puede ser, aunque yo, personalmente, lo viví muy intensamente. ¿Tal vez sólo hayan sido unas simples quimeras sin sentido como cuando crees que el teléfono ha sonado o te ha vibrado y en realidad no ha llamado nadie? Pues también, no lo descartamos.

Pero lo realmente casual fue que todo eso nos sucediera a los tres en la misma semana.

Y es cuando mi madre nos confesó que quería contarnos algo. Se había enterado de algo pero no nos lo había dicho para no preocuparnos y para que no empezáramos a asociar ideas, pero se sentía en la obligación de decirlo. La cuestión es que se enteró que esa misma semana había fallecido la antigua propietaria del piso. Aquella que compró el piso treinta años antes y que luego vendió a mis padres.

La noticia nos dejó helados. Sería más fácil creer que todo aquello fue fruto de la casualidad, que todo ha sido una coincidencia macabra y ya está. Pero todos los vivimos como algo muy real.

Podría creer que, en efecto, todo fueron un conjunto de casualidades que nos pasaron en el mismo periodo de tiempo a tres personas distintas pero, sinceramente, me resulta improbable. Lo más sencillo, para mí, es creer que algo raro pasó.

¿Tal vez aquello tan sólo quería despedirse de la que fue su casa antes de marcharse a otra dimensión? ¿Nos estuvo visitando su espíritu? No se sabe... y nunca lo sabremos, aquellos fenómenos que vivimos durante esa semana, afortunadamente, nunca volvieron a repetirse.

4 comentarios:

  1. Tan sólo añadir, por si a alguien le queda la duda, es que este relato es absolutamente real.

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  2. Qué miedo. Con lo poco que me gustan a mí los sustos.

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  3. Muy interesante experiencia, gracias por tener la honestidad y el valor de compartirla. Es curioso, porque el fenómeno tal como lo describes obedece a características mil veces observadas y vividas por innumerables testigos a lo largo del tiempo. El hecho de ver sombras, siluetas sombreadas, particularmente en el dormitorio a los pies de la cama. La realidad y la mente humana tienen mil aristas, pero yo pienso que se trata de un fenómeno objetivo. Tal vez con el tiempo lleguemos a comprender plenamente de qué se trata. ¡Un saludo!

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  4. Yo he tenido 2 fenómenos extraños esta semana, voces y caídas de objetos, de lo que sea si es por algo así os comento!

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