A veces pienso que vivo atrapado en una
realidad virtual diseñada para personas que han muerto, que vivo en
una especie de Matrix, o en un mundo como San Junípero de Black
Mirror. Todo me parece irreal, estúpido, sin sentido y encajar las
piezas del puzle me resulta imposible.
No sé por qué me siento solo. Mis
amigos están lejos. En esta ciudad no queda nada, está derruida y
en llamas.